Un informe reciente de CoinKickoff demuestra los fracasos de varios proyectos de altcoin a lo largo de los años y cómo Bitcoin es el sobreviviente más destacado.
Según sus datos, el 91 % de las monedas que estaban presentes para el colapso del mercado de criptomonedas de 2014 ahora están completamente abandonados. Una gran parte de las monedas que ahora están muertas se crearon en 2017, con 704 monedas ahora muertas que se crearon ese año. La corona del año más mortífero en la historia de las criptomonedas es 2018, durante el cual 751 monedas dejaron de existir.
Una visualización creada por CoinKickoff ilustra cuántos de estos proyectos iban y venían, junto con sus respectivas razones para el fracaso. Las razones incluyen ser una estafa u otros problemas relacionados, ser una broma o no tener ningún propósito, ser una ICO o un esquema de corta duración, o simplemente quedarse sin volumen.
Bitcoin, en medio de todo esto, se ha mantenido fuerte. La tasa de hash ha seguido aumentando constantemente, ahora hasta 270 EH/s según Hashrate Index.
Además, más de 1 millón de direcciones ahora tienen un bitcoin o más, aunque se debe tener en cuenta que los usuarios de Bitcoin pueden usar varias direcciones. Más allá de eso, más de 14 billones de dólares en volumen de transacciones anuales se transfirieron a través de la red de Bitcoin el año pasado, un aumento del 13 900 % con respecto al volumen de transacciones de 2015.
Y justo cuando esas métricas crecieron, la cantidad de bitcoins retenidos en los intercambios alcanzó nuevos mínimos, lo que indica que más bitcoiners que nunca están reteniendo sus monedas de forma soberana.
Las métricas continúan demostrando que, además del precio de bitcoin, la red en sí está creciendo continuamente, mientras que las altcoins que esperan seguir sus pasos simplemente no tienen longevidad. Bitcoin ha demostrado su resiliencia al continuar frente a ataques existenciales como Blocksize Wars, desafíos políticos como la historia de Silk Road y grandes colapsos de intercambio como el de Mt. Gox o, más recientemente, FTX. Incluso los grandes golpes a la red, como la caída en la tasa de hash después de la prohibición de la minería en China, han demostrado ser simplemente obstáculos en el camino de Bitcoin hacia el dominio. Estos eventos solo fortalecen la narrativa de Bitcoin como política monetaria soberana construida sobre una red resistente al colapso.
