No es ningún secreto que el lanzamiento de modelos de IA generativa como ChatGPT y Google Bard ha dado paso a una nueva era de contenido generado por IA que, en retrospectiva, es casi indistinguible de su equivalente escrito por humanos. Ahora, en un esfuerzo por abordar este problema, la Unión Europea (UE) ha pedido a las grandes tecnológicas, incluidas Google y Facebook, que etiquetar el contenido y las imágenes generadas por la IA.
Las preocupaciones de la UE se derivan de las actuales campañas de desinformación generadas por la IA rusa en Europa del Este, cuyo objetivo es difundir información falsa sobre la invasión rusa de Ucrania con la esperanza de influir en la opinión pública. Y aunque la versión actual del Código no requiere la identificación y el etiquetado de falsificaciones profundas, Vera Jourova, comisionada de valores y transparencia de la UE, destacó los riesgos y las consecuencias negativas asociadas con la creación y difusión de información errónea.
Además, Jourova propuso dos enfoques posibles para integrar medidas para el contenido generado por IA en el Código. El primer enfoque implica que empresas como Google y Microsoft implementen medidas para evitar que los malos actores utilicen sus servicios para difundir información errónea. El segundo enfoque se centra en los países de la UE que colaboran con plataformas capaces de difundir información errónea generada por IA y desarrollar herramientas para identificar y etiquetar claramente dicho contenido para los usuarios.
“Dije muchas veces que nuestra tarea principal es proteger la libertad de expresión. Pero cuando se trata de la producción de IA, no veo ningún derecho a que las máquinas tengan libertad de expresión. Y es por eso que queremos trabajar más en eso también bajo el Código de práctica basado en esta idea fundamental”, dijo Vera Jourova.
Twitter está al borde de sanciones sustanciales
Durante la misma reunión, la UE también emitió una advertencia a Twitter por retirarse recientemente del código de prácticas voluntario de la UE, poniéndose en riesgo de sanciones sustanciales. Actualmente, las sanciones podrían ascender hasta el 6 % de los ingresos globales de la empresa, lo que podría dar lugar a una multa de 145 millones de libras esterlinas. Además, la empresa podría enfrentar una prohibición total en la UE si no logra operar dentro del marco deseado.
“Twitter ha elegido el camino difícil. Eligieron la confrontación. Sé que el código es voluntario, pero no se equivoquen, al dejar el código, Twitter ha atraído mucha atención, y sus acciones y el cumplimiento de la legislación de la UE serán examinados enérgica y urgentemente”, dijo Jourova.