La reciente crisis de los chips fue causada por la interrupción de las cadenas de suministro, así como por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Como resultado, algunos países occidentales decidieron diversificar su producción. La forma más sencilla fue construir sus propias plantas en suelo estadounidense y europeo, pero parece que no todo va según lo planeado. Ahora, la fábrica de chips de Intel en Alemania enfrenta problemas.
Los proyectos más grandes ahora enfrentan una falta de dinero para completar la construcción de las plantas. Un ejemplo de este tipo se ha visto recientemente en el caso de la planta de chips de TSMC en Arizona, EE. UU. Esta inversión comenzó hace mucho tiempo y aún necesita más fondos para completarse. Hay muchas razones para este retraso, pero la principal es la falta de financiación.
TSMC simplemente necesita más dinero para terminar el proyecto y más créditos fiscales, pidiendo más al gobierno de EE. UU. Dado que ni siquiera EE. UU. reconoce oficialmente a Taiwán como un estado soberano, no existen acuerdos para evitar la doble imposición. Entonces, TSMC debe pagar impuestos tanto en EE. UU. como en Taiwán. En este punto, se vuelve más complicado. Es decir, los analistas predicen que el costo de los chips producidos en la planta de Arizona será un 30 % más alto que los provenientes de Taiwán.
La fábrica de chips de Intel en Alemania enfrenta desafíos
El último problema para La fabricación occidental de chips ahora ha surgido en Alemania, informa Financial Times. Intel está construyendo allí una fábrica valorada en 17.000 millones de dólares, y parece que ahora necesita más dinero. Dado que los costos han aumentado, la empresa solicita al gobierno subsidios adicionales. Esos son necesarios para completar la construcción de la planta y comenzar la producción.
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El gobierno alemán respondió negativamente a esta solicitud. Señalando que no hay suficiente dinero en el presupuesto. Como resultado, la construcción de la fábrica de chips de Intel en Alemania encontró otro gran obstáculo. Entre las debidas a la inflación y al aumento de los precios de la energía.
La situación en EE. UU. y Alemania es aún peor ya que estos países tienen mayores costes de mano de obra. El acuerdo de los inversionistas con las autoridades sigue siendo crucial para la finalización de la planta, ya que están solicitando subsidios adicionales.
Ahora parece que tal objetivo es cuestionable. Al menos en la parte donde menciona la planta de Magdeburg. Según el plan, esta debería producir el 20% de los semiconductores del mundo para el año 2030.
Cabe señalar que el propio gobierno alemán está dividido en este tema de la fábrica de chips de Intel en Alemania. Según los informes, los Verdes de izquierda y los socialdemócratas están dispuestos a asignar fondos adicionales. Por otro lado, los partidos conservadores se oponen a tal decisión. Teniendo en cuenta todos los desafíos a los que se enfrenta la economía alemana, es difícil predecir el futuro de este proyecto.