La acción en la pantalla ha recorrido un largo camino desde que La llegada de un tren de los hermanos Lumière supuestamente hizo que el público del siglo XIX se asustara. Hoy en día, el péndulo ha oscilado demasiado hacia las imágenes generadas por computadora convencionales para el ruido visual libre de apuestas que completa la mayoría de las películas basadas en cómics. Pero siempre tendremos el punto dulce, el viaje salvaje que fue la mejor década para la acción: la década de 1990.

Obviamente, debemos reconocer el trabajo preliminar establecido por la década de 1980. Pero la acción de esa década fue a menudo predecible a nivel de comando y cursi en Road House. A veces sufría por ser entregado a equipos mediocres de segunda unidad (ver la emboscada compuesta de Predator) y podría confundirse fácilmente con The A-Team. Con frecuencia sufrimos efectos especiales (el stop-motion ED-209, un Terminator sin piel) que pasaban de lo aterrador a lo cómico.

Los 90 tomaron la batuta, inyectaron los esteroides y se lanzaron hacia adelante. La acción se hizo más grande, más audaz, mejor. Jerry Bruckheimer, Tony Scott y un pre-Transformers Michael Bay adoptaron los conceptos OTT como la orden del día. Peleas, tiroteos y acrobacias que hubieran sido meros escenarios de los 80 ahora se convirtieron en el foco de la historia, ya sea esquivando un choque de trenes mientras estaba encadenado, conduciendo un autobús a 50 mph a través de Los Ángeles o saltando en paracaídas sin paracaídas con un arma en la mano./p>

Los culturistas y los kickboxers dieron paso a los actores con verdadera credibilidad actoral. ¿Quieres que alguien dé caza a un fugitivo? Llame a Tommy Lee Jones. ¿Evitar el lanzamiento de misiles nucleares? Consígueme a Denzel Washington. ¿Necesitas un alivio cómico siniestro? ¡Tráeme a Steve Buscemi! Y solo un hombre puede intercambiar caras, salvar a San Francisco de un agente nervioso VX y frustrar una fuga de la prisión para conseguirle un conejito de juguete a su hija: un Nicolas Cage de los 90.

Los 90 le dieron a Paul Verhoeven la presupuesto que se merecía para la subversiva Starship Troopers,’la película artística más cara jamás realizada’. La década estuvo tan llena de acción que produjo películas duplicadas de volcanes y asteroides; uno de estos últimos vio a mineros rechonchos y sus épicas habilidades de perforación salvando la Tierra respaldados por una poderosa balada de Aerosmith. Deberíamos estar agradecidos. ¿O solo soy yo?

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