Se sabe desde hace mucho tiempo que hacer contacto visual con un robot puede ser una experiencia inquietante. Los científicos incluso tienen un nombre para la sensación de náuseas: el”valle inquietante”.
Ahora, gracias a los investigadores en Italia, también sabemos que es más que un simple sentimiento.
Un equipo de el Istituto Italiano Di Tecnologia (IIT) de Génova ha demostrado cómo la mirada de un robot puede engañarnos haciéndonos pensar que estamos interactuando socialmente y ralentizar nuestra capacidad para tomar decisiones.
“La mirada es una señal social extremadamente importante que empleamos en un día hoy en día al interactuar con otros”, dijo la profesora Agnieszka Wykowska, autora principal de la investigación, publicada el miércoles en la revista Science Robots.
“La pregunta es si la mirada del robot evocará una mirada muy similar mecanismos en el cerebro humano como lo haría la mirada de otro humano”.
El equipo pidió a 40 voluntarios que jugaran un videojuego de”gallina”, donde cada jugador tiene que decidir si permite que un automóvil conduzca directamente hacia otro. coche o para desviarse para evitar una colisión-contra un robot humanoide sentado frente a ellos.
Entre rondas juega Los usuarios tenían que mirar al robot, que a veces miraba hacia atrás y otras veces hacia otro lado.
En cada escenario, los científicos recopilaron datos sobre el comportamiento y la actividad neuronal mediante electroencefalografía (EEG), que detecta la actividad eléctrica en el cerebro.
“Nuestros resultados muestran que, en realidad, el cerebro humano procesa la mirada del robot como una señal social, y esa señal tiene un impacto en la forma en que tomamos decisiones, en las estrategias que implementamos en el juego y también en nuestras respuestas”, dijo Wykowska.
“La mirada mutua del robot afectó las decisiones retrasándolas, por lo que los humanos fueron mucho más lentos a la hora de tomar decisiones en el juego”.
Los hallazgos tienen implicaciones sobre dónde y cómo se implementarán los robots humanoides en el futuro.
“Una vez que entendemos cuándo los robots provocan la sintonía social, podemos decidir qué tipo de contexto es deseable y beneficioso. para los humanos y en qué contexto esto no debería ocurrir”, dijo Wykowska.
Según un informe de Internat Federación Internacional de Robótica, las ventas mundiales de robots de servicios profesionales ya habían aumentado un 32% a $ 11,2 mil millones entre 2018 y 2019.
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